sábado, 9 de junio de 2012

Detección de Espina Bífida en el Primer Trimestre de la Gestación

   Un reciente método de detección de Espina Bífida se ha introducido en la evaluación fetal del primer trimestre. La medición de la Translucencia Intracraneal, que equivale a la medición del cuarto ventrículo del cerebro fetal. El estudio de la misma se lleva a cabo en el mismo período de tiempo que los demás marcadores del primer trimestre como la translucencia nucal, hueso nasal y ductus venoso, que se examinan entre las 11 y las 13 semanas de gestación. Anteriormente la detección de estos defectos era realizada en el segundo trimestre en su mayoría, si es que llegaban a ser detectadas. En un estudio retrospectivo, realizado por Chaoui et al en 200 pacientes la medida promedio del cuarto ventriculo fue de 1,5 mm (CRL 45 mm) hasta 2,5mm (CRL de 84mm). En los 4 casos de espina bífida detectados, el cuarto ventrículo no pudo ser identificado. El diagnóstico de espína bífida abierta a nivel sacro fue realizado en el segundo trimestre y presentaban los signos de "limón" y "banana" en todos los casos.  Este mismo autor publicó ademas un estudio prospectivo sobre 6 casos de espina bífida detectados en el primer trimestre en exámenes de screening de 11 a 13 semanas utilizando el corte medio sagital del rostro fetal para evaluar la fosa posterior y la translucencia intracraneana. 



   Metodología: En el mismo corte medio sagital del rostro fetal usado para la medición de la translucencia nucal y el hueso nasal, el tronco cerebral y el cuarto ventrículo pueden ser visualizados. El cuarto ventrículo se presenta como una translucencia intracraneal paralela a la transluciencia nucal y está delimitado por dos lineas ecogénicas: la parte dorsal del tronco cerebral anteriormente y el plexo coroideo del cuarto ventrículo por detrás. Entre el cuarto ventrículo y el hueso occipital existe otra fina translucencia que corresponde a la cisterna magna en desarrollo. La medición se realiza de forma similar a la de la translucencia nucal, y se propone como signo de alarma la ausencia de translucencia intracraneal.

   En resumen, estos datos son alentadores e impulsan a la evaluación de las estructuras de la fosa posterior del cerebro fetal en el primer trimestre a fin de incrementar el porcentaje de detección de éste tipo de patologías, ademas de las que actualmente se detectan con los marcadores como translucencia nucal, hueso nasal, ductus venoso, triangulo retronasal, gap mandibular, regurgitación tricuspidea, entre otros.

Para mayor información consultar los artículos siguentes:


http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/uog.7552/full
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/uog.10137/full
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/uog.7329/abstract
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/uog.10111/full

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